Vitoria-Gasteiz, nombrada en el año 2012 como Green Capital es, sin duda, una ciudad referente en materia de sostenibilidad medioambiental, social y económica. La ciudad lleva desde los años 80 trabajando por conseguir un entorno mas saludable y sostenible para sus vecinos.
Dentro de las múltiples actuaciones que se han acometido: movilidad sostenible, huertos urbanos, el anillo verde, destacamos la relacionada con el consumo energético de sus edificios municipales.
Para la mejora de su eficiencia y sostenibilidad, en el año 2018 se licitó un contrato para la “gestión sostenible del suministro energético de combustible y mantenimiento integral con garantía total, de las instalaciones de climatización y agua caliente sanitaria en los edificios municipales del ayuntamiento”.
Este contrato fue adjudicado a la empresa FERROVIAL y, en el marco del mismo, FERROVIAL propuso la sustitución de diversas calderas de combustibles fósiles por unas nuevas calderas de combustible 100% renovable y local, es decir, la biomasa.
Para llevarlo a cabo con las máximas garantías, FERROVIAL decidió colaborar con la empresa HARGASSNER, lo que ha permitido que Vitoria-Gasteiz cuente actualmente con un parque de calderas de biomasa de última tecnología.
En total han sido 10 instalaciones las que se han apostado por la biomasa, permitiendo no sólo la mejora de sostenibilidad del sistema, sino también un importante ahorro económico para las arcas municipales, puesto que la biomasa es aproximadamente entre un 20 y un 70% más económica que los combustibles fósiles como el gas o gasoil.
Por destacar una de ellas, en el complejo deportivo de Mendizorrotza se ha instalado una red de calor de 1 MW de potencia instalada con 3 calderas modelo Hargassner ECO-HK, gracias a esta instalación se satisface la demanda térmica, de forma centralizada, de la piscina, frontones, polideportivo y el centro social.
Todo el combustible suministrado es proveniente de productores de proximidad, lo que permite que el dinero invertido en el consumo energético de la ciudad se repercuta en el territorio y más concretamente en las zonas rurales, pues es ahí donde se ubican los terrenos forestales, así como los aserraderos y las plantas de producción de pellet o astilla forestal suministrados.
La biomasa no es solo reducir la factura energética o sustituir un combustible por otro, es apostar por la valorización de los recursos, ya sean forestales (pellet, astillas) o agrícolas (hueso de aceituna, cáscaras de almendra, etc.), permitiendo una gestión sostenible de los mismos, mejorando la rentabilidad de otras industrias ligadas al mismo como: aserraderos, fábricas de mobiliario, construcción con madera, embalajes sostenibles, etc., en otra palabra, es apostar por el territorio.
Ya con esta filosofía, Anton Hargassner fundó en 1984 su empresa Hargassner GesmbH. Hoy, casi 40 años después, la empresa sigue siendo familiar y es dirigida por sus dos hijos: Markus y Anton, al frente de casi 1 000 empleados producen, no solo calderas, si no paneles solares térmicos o bombas de calor siempre con los máximos estándares de calidad y fiabilidad y con el menor consumo energético posible.
La empresa cuenta ya con más de 165 000 calderas instaladas en medio mundo, pero hay sitio para más, el abandono del mundo rural y el incremento de temperaturas hace que el cuidado de nuestros bosques sea cada vez más importante y la apuesta por este tipo de equipamientos contribuye a hacerlo de forma más sostenible.
¿Quiere saber más? Contacte con Hargassner, el especialista en biomasa,
