Las experiencias compartidas crean vínculos y tienden puentes que superan diversas fronteras. Especialmente en los ámbitos artísticos hay muchos proyectos que lo demuestran: la música y el ritmo generan movimiento, liberan emociones. Vivir algo en común pone todo en vibración, genera energía creativa e ideas innovadoras.
Un evento en el que esto también fue palpable tuvo lugar recientemente en Japón: el Music & AI Hackathon 2025. En el centro estuvo la pregunta de cómo la inteligencia artificial puede dar forma al futuro de la música. Más de 100 mentes creativas de distintas naciones pasaron dos días en el recinto del templo Gyokuzoin, cerca de Nara, para desarrollar respuestas valientes y transformar sus ideas en prototipos funcionales bajo presión de tiempo.
15 equipos multinacionales se dedicaron a uno de los 4 desafíos, en los que la inteligencia artificial estuvo siempre presente:
- Educación musical para niños – ¿cómo pueden apoyar aquí las nuevas tecnologías?
- Música basada en el estado de ánimo – ¿cómo influyen las señales corporales en la recepción y también en la producción de música?
- Cultura y música – ¿cómo pueden traducirse estilos visuales a otros sentidos?
- El futuro de la música – ¿cómo será y qué influencia tendrá la inteligencia artificial sobre ella?
El proyecto ganador, llamado Hibiki, destacó por su originalidad: una aplicación tipo diario que analiza la escritura, el estado de ánimo y las expresiones faciales del usuario para generar una pieza musical personalizada. Esta combinación única de emoción, IA y música dejó una impresión duradera en participantes y jurado.
A diferencia de otros hackathons, donde el objetivo suele ser desarrollar soluciones comerciales y obtener premios, aquí la prioridad fue la experiencia compartida, la colaboración y la innovación conjunta. Sin duda, un paso prometedor hacia el futuro de la música, compuesto entre todos.