Cuando el 15 de abril de 2019 las imágenes de la viga del tejado de Notre-Dame de París en llamas dieron la vuelta al mundo, hubo una gran consternación. El histórico edificio está considerado como uno de los monumentos más importantes de Francia. Es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1991.
El presidente francés, Emmanuel Macron, fijó un ambicioso plazo para la reconstrucción. Cientos de personas participaron y pueden estar más que orgullosas de su intenso trabajo en la reconstrucción. Después de cinco años, Emmanuel, la campana más grande de la iglesia, vuelve a sonar: Notre-Dame de París ha abierto de nuevo y se puede visitar.
Una empresa austriaca contribuye a que la catedral brille desde dentro. Zumtobel Group AG ilumina las bóvedas de la nave y de la crucería. El diseñador de iluminación Patrick Rimoux cuenta con amplia experiencia en la iluminación de edificios religiosos y lleva muchos años colaborando con la oficina de Zumtobel en París. También se recurrió a expertos austriacos.
Un reto particular en este proyecto: el taladro debe permanecer en la caja de herramientas para los trabajos en edificios protegidos. Otro requisito es la capacidad de adaptar la luz a distintos escenarios. Dependiendo de si en la catedral se celebra una feria, un concierto u otro evento, debe ser posible cambiar el color y la temperatura de la luz. La solución de iluminación, que cumple estos requisitos con gran precisión, se implementó utilizando 54 proyectores potentes pero de bajo consumo. Se controlan en la sacristía.
© Julio Piatti
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